En esta tercera parte de mi exposición voy a tratar del dinero. Suele ser tabú,o de mala educción, hablar de dinero cuando se abordan ciertas cuestiones. En el tema que nos ocupa es de esas. Es claro que un movimiento social como los producidos en Libia,Tunez o Egipto no nacen a la luz de una cuenta corriente; es lógico pensar que cuando una marabunta social recorre las calles no van con el bolsillo lleno de billetes,al menos una buena parte quiero creer, ni tampoco sería razonable pensar que antes debemos recaudar fondos para alzarnos contra el poder establecido cuando nos morimos de hambre o no tenemos acceso a exponer en libertad nuestras opiniones; en estos casos surge una chispa que aviva un campo de cultivo proximo a una explosión evidente. La vertiente que abordo trata de los movimientos sociales que se están dando en nuestro país,y también en otros lugares de Occidente,a raíz de la situación económica,de la situación política o de los controles del sistema imperante. Es en estos casos,como manifesté en la primera entrada, donde centrar nuestro análisis. Como allí expuse es necesario la movilización,pero también la busqueda de practicidad,de lo real,de lo evidente,de lo palpable. Utilizar un altavoz para hacer expandir nuestras voces en forma de propuestas requiere un coste; y ese coste vá en aumento exponencial a los fines que deseemos realizar para llevar a buen puerto nuestra finalidad primera.
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