miércoles, 16 de febrero de 2011

Paco Vazquez.

   Ser Alcalde de A Coruña,perdón,La Coruña que asi es como quiere que se nombre y conozca  nuestro ínclito personaje, durante 32 años tiene su miga,y sus efectos,claro.   El poso que dejó en la ciudad esta repleto de luces y de sombras como no podía ser menos; así acontece a todo personaje público en su actividad política.   Claro que hay cosas y casos en los que nuestro querido Alcalde Paco Vazquez mas bien pareciera que salía de un charco para meterse en otro y así dia tras dia.  Pero no es cosa de resaltarlo ni por lo negativo ni por su contrario,ya digo que esto es casi inherente a la condicion de cargo público.  Lo que si me parece demencial es que se halla pactado con el PP que se nombre a este individuo para el cargo de Defensor del Pueblo cuando se ha enfrentado ferozmente con el nacionalismo gallego por cuestiones tan pueriles como la utilización de una L en el topónimo de A Coruña.   Con este antecedente ,¿que se espera o que se presume de un individuo así?  Como resulta obvio no quiero relatar la larga lista de conflictos con la Diputación coruñesa en la época de Lendoiro ni,por supuesto,pondré en entredicho las oscuras relaciones mercantiles que han girado en su entorno mas mediato; ni,por asomo,sacaré a relucir los tejemanejes entre constructores promotores inmobiliarios y demas fauna.
   Ya es denostable que personajes que se declaran talibanes religiosos opten por las cupulas de entidades que deben velar por un respeto escrupuloso de todos los ciudadanos independientemente de su confesión religiosa y no es de recibo que el tal ex Alcalde pueda blandir en su curriculum algo que se parezca a la independencia si nos referimos a la religión.
   Resultaba bastante lógico que fuese nombrado Embajador ante la Santa Sede,al fin y al cabo,representaba a España desde sus propias e íntimas convicciones aun siendo parte de un Estado que se considera aconfesional; pero apartando estas pequeñas pajas ,que se halla pensado,y digo pensado,que este es el candidato para Defensor del Pueblo me pone los dedos de punta.  Es como si al PP se le ocurriera,en un futuro,nombrar a Federico Trillo para el puesto,sin ir mas lejos.
   Si se llega a estas perversiones es que realmente estamos llegando a un estado de cosas dentro de la política nacional que poco tienen que ver con la ética o la razón.  Al final acabarán muchos por darme la razón,como a los locos,no ir a votar para no sentirse complice de este estado de cosas.  Y la cosa tiende a empeorar. Que a todo se llega.

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