sábado, 17 de julio de 2010

Johnny Winter

He llegado del concierto; uno de eso conciertos veraniegos al aire libre que suelen aprisionarnos nuestros políticos locales. Esta noche,como figura estelar,Johnny Winter. Viejo,encorbado,uraño. No sé si es la descripción perfecta,ni siquiera si es la adecuada para alguien con demasiados años subidos a un escenario;lo que si es cierto es que esa es la imagen que tendré de él. Ya poco puede aportar a la música.
Nunca me han gustado los conciertos; tampoco la musica de los grandes en vivo. Dicen que es la esencia,pero,salvo sorpresas,yo cuando acudo a un concierto de alguien a quien conozco por su música quiero,deseo,escuchar esa música que conozco; esa partitura que me hizo llegar con su disco y que ahora quiero alli encontrar. Suele suceder todo lo contrario. Deforman las canciones,alargan o acortan los tiempos,dificultan su audición sin ton ni son,en fin,realizan a su manera,o a su momento,lo que ellos consideran a bien. Me parece perfecto, pero yo quiero escuchar lo que conozco;lo que el autor me ha ofrecido en su disco;es la canción que recuerdo,es la que quiero oir y no otra distinta,diferente.
Suelo tener esta bizantina discusión con un apasionado de la música: mi hermano pequeño.
Debo de ir ganando terreno pues en la última ya conseguí que me regalara uno de sus discos más preciados. Era un directo. Debe ser para que me hablande. Pero yo,erre que erre.
¡Persistiré!
¿Lo recuerdan?

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