domingo, 18 de julio de 2010

Objetividad

Si,todos sabemos o al menos deberíamos otear que la objetividad entraña de por sí un largo esfuerzo de convicción personal que,algunas veces,suele rayar nuestro entendimiento. Cuando la disputa se refiere a temas personales e íntimos aquella queda relegada a un tercer u cuarto plano;ahora bien,cuando se trata de analizar la actualidad o posicionamientos políticos con todos sus contornos es donde adquiere carta de naturaleza. Un ejemplo. El programa El Gato al Agua contaba con la presencia de un integrante del partido Socialista, la metedura de pata del periodista G.Serrano,de inefable recuerdo y pasado nauseabundo,hizo que aquel avandonase dicha tribuna. Cualquier profesional con un centimetro escaso de objetividad hubiese buscado una digna sustitución para apuntalar dicho programa y darle,en tal sentido,no ya solo una credibilidad necesaria sino más bien para dotarlo de aquella objetividad que se persigue en todo buen programa de opinión y análisis político. Otro caso en este sentido lo encontramos en el diario El País de este Domingo; en el se analiza el desfase en el tratamiento de la noticia hacerca de las cifras dadas por el periódico sobre la asistencia a la manifestación del Estatut de Cataluña. Ver para creer. No solo se culpan de lo errado sobre el hecho en sí,sino que explican y dan los datos necesarios que ponen de manifiesto del porqué se ha dado tal situación. En fin,la objetividad del programa televisivo es el que es: Nulo.
Seguro que si se le comenta sobre esto te acusarán despiadadamente;una muestra más de ecuanimidad,¿o era Objetividad? En fin,me pierdo en esto de los programas basura.

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