sábado, 4 de septiembre de 2010

Garzón


Hoy se debería de cumplir,forzosamente, alguna de esas cifras mágicas para conmemorar cualfuera de las efemerides que los humanos nos solemos asignar; sea la que sea lo cierto es que ya ha trascurrido demasiado tiempo desde que Garzón fue apartado de la Audiencia Nacional por lo que casi todos conocemos. En el blog de Mario Conde he sido uno de los pocos que defendian posturas cercanas al Sr. Juez,mas como defensa de planteamientos juridicos-históricos-sociales que de intima personalidad o afinidad con el Juez. No obstante esta entrada es para regocijarme del calvario que sin duda estará pasando al no atisvar en un horizonte próximo el final de las sentencias. Y es que de esto se trata. Mi regocijo,como señalo,es por esa tardanza;esa tortura china a la que los tribunales condenan a cualquier encausado ya sea en un sentido o en el otro. ¿Se puede llamar a esto justicia?.
Hay una parte sustancial en toda obra humana en la que el tiempo suele dotarnos de cierta perspectiva,de cierta calma, aligerando el peso que "en caliente" ciertos temas pudieran llevar implicitamente. Siendo esto así no lo es menos que los tribunales tienen la potestad de comunicarlo a las partes para tomarse un tiempo,no solo para sopesar las pruebas o esperar otras,sino también para buscar calma y sosiego,si ello fuese necesario.
En caso contrario,todo los demas será todo menos justicia. Tarde mal y arrastro. Así anda nuestra justicia,así nuestros jueces,así nuestras gentes;así andamos todos.

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