El profesor Neira ha sido condenado a pagar una multa de 1.800 euros y a la retirada, durante diez meses, del carné por conducir con una tasa de alcohol que triplicaba la establecida legalmente. Es sospechoso que voces del propio PP madrileño se apresuraran a solicitar la dimisión de este ínclito personaje,mas bien un pretencioso actor de serie B, a las pocas horas del incidente en una carretera madrileña. Y digo lo de sospechosa por la manida sinrazón que suelen tener los partidos políticos de hechar tierra sobre cualquier feo asunto que se cierne sobre alguno de sus militantes. Dá la sensación de que este sujeto ya se había ganado,en pocos meses,la antipatía de la presidentísima y,claro,no podían desaprovechar oportunidad tal.
Lo cierto es que este oscuro buscabullas,con poses de matón de barrio, es todo menos un señor. Salir vociferando a los medios solicitando armas para defenderse dada la nulidad de nuestro estado de derecho es algo que solo le está permitido a los parias,los desheredados o a los millonarios; y el profesor Neira no es ninguna de las tres cosas; a lo sumo se acerca un poco a lo de paria mas bien por asociación de actuaciones que por una cuestión de clases. Y es que para ser un paria se necesita cierta clase,algo que se le escapa a este pistolero.
En fin,al final le llegó la destitución algo que mas de uno no quería,por aquello de los dineros. Pero,¿a quien le importa si el dinero vá a ser de los madrileños?.
Hay cosas que siguen inalterables. Con o sin crisis.
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