
En aquellos dias nadie osó dentro del Gobierno o del partido llevar la contraria al gran consorte del reino. La palabra de D.Manuel era Ley y así la obra faraonica fue concebida para que sirviera de simbolo. Claro que es y será un símbolo demasiado caro para Galicia. Ahora el reto se centra en tratar de darle significado y justificación a los edificios previstos y todo esto se conseguirá una vez mas tras el paraguas del presupuesto de todos los gallegos. Mientras tanto otras inversiones tendrán que ser anuladas,otros proyectos morirán por inanición.
Han vendido el proyecto como la necesidad de que contasemos por estos lares con una obra de referencia; se nos ponía como ejemplo el museo bilbaino,pero a diferencia de aquel, esta obra carece de utilidad manifiesta,de fondos o de proyecto.
Mientras tanto las obras continuan a bajo ritmo tratando de que la Cidade da Cultura vaya carcomiendo la sensibilidad del ciudadano y no desaprovecharan ocasión alguna en recalcarnos que cada vez es mas visitado; claro que estas visitas "forzadas" nos volverán a costar un dinero,el de todos, que ahora no tenemos. Pero los endeudamientos estan para algo.
Pero como no van a ser todo criticas quiero,desde aquí, lanzar una idea para dar sentido a la obra. Construir un cementerio y depositar allí los restos de los personajes políticos de nuestra tierra; así al menos los nostalgicos o afines del PP de Galicia podrán celebrar ante la tumba de tan insignes cabezas pensantes sus fiestas populares o sus concilios electorales.
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