viernes, 21 de enero de 2011

Pilar de Lara.

 Hay veces que en nuestra sociedad se dan casos de inusitada constancia;de altas tasas de profesionalidad;de ulterior capacidad personal para elevar los valores de la justicia a las mas altas cotas de la dignidad o,en última instancia,de poner el bien público por encima de los mas rastreros instintos personales.   Esto debe todavía acontecer en Lugo de la mano de la Jueza Pilar de Lara.
   En Lugo hay algo que desde hace demasiado tiempo huele mal.  Huele mal en la Guardia Civil; huele mal en la Policía;huele mal en la Policía Municipal,huele mal en la Fiscalía. Las intolerables y fascistoides actitudes y labores de estos funcionarios  que deben estar al servicio de los ciudadanos está traspasando lo que se considerable meridianamente tolerable.  En el dia de hoy conocemos nuevos detalles  sobre esta mafia que rige la ciudad y suponemos,damos por hecho,que dentro del estamento estatal alguien estará tomando nota de los hechos.  Claro que esto no impide la critica bien ganada e incluso las quejas de esta jueza que la ha llevado a denunciar las presiones,abusos y otras lindezas que sufren cinco policías que colaboran con ella en lo que se conoce como caso Carioca.  Lo mas lamentable del caso es la cordinación entre todos estos funcionarios adcritos a distintos organismos públicos en una labor de zapa,de acoso y derribo del estado de derecho.  Las ramificaciones de momento han hecho que se vieran implicados no solo personajes oscuros de la noche lucense sino que también halla salpicado a algunos prohombres de la política,pero sin duda el conocimientos de estas presiones es lo que está motivando una corriente de indignación a las gentes de bien.  Ahora parece que hay un movimiento ciudadano que se está movilizando para dar cierto respaldo a la labor de la jueza.  Esperemos que el CJPJ no tenga a bien buscarle acomodo a la jueza en un destino fuera de las murallas con un extraño ascenso. Uno de esos ascensos de categoría que lo único que hacen es hechar tierra sobre algo que huele demasiado mal.  Y mientras tanto el Ministro de Justicia no encuentra la espuma de afeitar adecuada.

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